viernes, 28 de noviembre de 2014

HOMBRE, de Evelyn de Lezcano

     "Goethe o la metamorfosis de la luz", André Masson.

“Entréme donde no supe/ y quedéme no sabiendo/ toda ciencia trascendiendo”.  Esto fue lo que sentí cuando terminé de leer este poemario, que es uno de esos libros que uno nunca termina de leer porque lo leen a uno, lo sitúan en el espacio de la revelación, donde fueron escritos. En esta época de trivialización de la palabra poética, de ritual de desfiles de pavos reales sin apareamiento, de sucedáneos de sabiduría que son el opio de nuestra civilización, la obra de Evelyn de Lezcano es una revelación, una revelación como descubrimiento de su talento y una revelación en cuanto a la gestación de los poemas desde el silencio interior, el espacio vacío del que habla José Ángel Valente, previo al poema, el que lo hace posible:
"FORMO
de tierra y de saliva un hueco, el único
que pudo al cabo contener la luz."  (1)

Hay un momento en que el hombre se da cuenta de que la racionalidad le ha hecho perder la razón.  Heidegger habló de la necesidad de “reiterar la pregunta que interroga por su sentido”, y no ha sido la razón aristotélica o cartesiana la que nos ha salvado. El mundo no nos ha salido humano. Los poetas, los artistas, en la vanguardia de la sensibilidad, han buscado desde entonces, desde Rimbaud, desde Rilke, otro conocimiento. Se ha hablado de irracionalismo poético. Se podría hablar de la irracionalidad de un mundo que ha confiado solo en la razón y que los poetas intentan rescatar rompiendo esa jaula de la pantera de Rilke. El irracionalismo poético, como dice Carlos Bousoño, no es una negación de lo racional, sino una ampliación del horizonte de la razón incorporando a la vida la emotividad y la imaginación perdidas. Continuando la interrogación de Heidegger, la profesora Ilse Sasso Olivares dice de la poesía que es “una ruptura con lo racional que plantea una forma de razón que permite un mecanismo de aproximación al ser” (2). Evelyn de Lezcano comienza su poemario “Hombre” (el título no es casualidad) con estos versos: “Algunos hombres/ a los que nadie mira de frente/ atisban/los espacios que brotan entre dos espantos”. Este libro, de lenguaje visionario, trata a su vez del tema de la visión poética, esa visión que amplía lo racional y lo acerca a lo real, y del rechazo del sistema hacia el visionario, el rechazo de lo arcaico y anquilosado de la sociedad al progreso que viaja con las alas de la poesía o de cualquier forma nueva del discurso.

El lenguaje irracional y visionario que utilizaron poetas como Rilke, Leopoldo Mª o ahora Evelyn de Lezcano no es un juego, una nueva ocurrencia, sino que responde a la necesidad de ruptura del discurso tradicional fracasado creando un nuevo lenguaje que permita otra vez intentar aproximarnos a lo real, a lo humano casi destruido. Son poetas que traen una nueva primavera al lenguaje, una nueva oportunidad al hombre, una nueva reiteración de la pregunta que interroga por su sentido. No traen un lenguaje binario, ese simple lenguaje de opuestos basado en esa simple moral de los contrarios, del bien frente al mal, de lo sagrado frente a lo sucio, de la locura frente a la sensatez. Traen un lenguaje que integra los diferentes rostros del poliedro humano, por eso no es casual que el libro se titule “Hombre”, ni que esté dedicado a Leopoldo María Panero, que fue él mismo con su vida un símbolo de la integración de los contrarios. Y así lo dice en uno de sus poemas Evelyn de Lezcano:
“Querido, ángel carnívoro,/ buscas el regreso al lugar de las flores./ En el cráneo, /como en un yunque frenético,/ te golpean las piedras de los fantasmas,/ pero tú, mago de las distancias,/tomas, escudo entre las manos,/ todos los minerales de la tierra/ y con el libro secreto de la alquimia,/ grabado en tu memoria, vas recitando /el conjuro/ que ciegue a quienes piensan/ que la locura/ transita en el extremo opuesto a la sensatez.”
En este poemario se supera la lógica. Se superan los límites espacio-temporales: “estabas cruzando hacia otra costa donde tu voz había partido antes/ Hablaste siempre desde allí”; “te contemplo,/ Hombre,/ a través del gran ventanal que nos separa de la vida,/ donde revelas/ que siempre me adivinaste,/ con el dolor resignado en tu boca,/ Sibila del templo destruido”.  Hay también una nueva interpretación de los significantes cotidianos, personas u objetos que se convierten en símbolos de otra realidad: un hombre en blanco y negro, una marquesina de la guagua, adquieren un significado nuevo que es ese significado de las cosas que necesitamos descubrir a través de la visión poética del mundo. Esta poesía amplía también su léxico, desobedece el lenguaje impuesto.  En palabras de Túa Blesa (3), estos versos son “llamaradas contra una moral que silencia realidades, aunque no por ello dejen de existir. Y, aunque así no fuera, que establece todo un dispositivo de cortapisas que legisla lo decible y lo indecible, lo que la imaginación puede recorrer y aquello otro que se le veda”. Para mantener, como dice Evelyn de Lezcano, esta “limpia ciudad que excreta residuos/ por miles de sumideros camuflados”.

El lenguaje de “Hombre” reinterpreta los significantes cotidianos y los enriquece con un valor simbólico, integrando también en su universo personajes míticos (Ananké, Laocoonte), elementos de la magia (arcanos del Tarot) y de la alquimia. Porque realmente la voz de esta poeta es un laboratorio alquímico donde a veces se puede ver el brillo de la piedra filosofal, y el propio libro parece respirar, invadiéndonos con su latido poderoso. Esta poesía está viva, plena de imágenes visionarias que apelan a nuestros sentidos y a nuestra imaginación, “y es que el referente poético por excelencia es la imaginación del lector: jugar con ella como el cazador con las fieras, aturdirla, chocarla, perseguirla, cautivarla” (4), dijo Panero en uno de sus ensayos. El ritmo de los versos acompaña la intensidad de los sentimientos, el amor, el dolor, la rabia, la rebeldía ante los límites impuestos. Es una poesía directa, que interpela al lector, ausente o presente, una poesía escrita en primera y segunda persona; la autora no se escabulle, sino que da la cara y nos conmueve con  palabras hondas que nacen de su percepción tan profunda del ser.

Una poesía visionaria, en la línea de Baudelaire, Rilke o Panero. Pero no se suicidan, no se arrojan al vacío los ángeles de Evelyn, su vuelo es ascensional, y en él se unen el amor, el dolor y la muerte, como en estos versos de su poemario, que he elegido para terminar:
“Te quiero mucho,
más que a los gusanos que me devoran.
Ven, bésame en los labios.
Dame tu mano. Vamos a esperar juntos
aquí, postrados. En la sacristía
siempre hay un hueco para gente como nosotros”.

Mª José Vidal Prado


-------------------------------------------------------------------------------------------

(1)   José Ángel Valente, Al dios del lugar.

(2)Ilse Sasso Olivares, “El sentido filosófico de la comunicación poética”.
(3) Túa Blesa, prólogo a Leopoldo María Panero, Poesía Completa (1970-2000), Ed. Visor.

(4) Leopoldo Mª Panero, prefacio de El último hombre.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Respuesta a un agente de tráfico.

 
Señor agente, yo venía de la belleza crepuscular, venía conduciendo sobre el delirio de las nubes, yo venía acompañada, sí, por Johan Sebastian Bach y por un hombre invisible que me habita y no sé ni siquiera si es un hombre o es la memoria de las algas. Venía de derramarme en su mar. Ni siquiera venía conduciendo, yo venía flotando, y esa droga, señor, usted no la conoce.
Así que lo lamento, señores de la policía, no lo mío sino lo de ustedes, y esta denuncia, esta denuncia es una flor entre mis manos.
Ustedes, sí, sentían a alguien más, pero cómo explicarles que los dragones vuelan y giran las espadas en su fuego, o era la cueva de Alí-Babá, o eran las palabras mágicas, y ustedes nunca, nunca podrán entrar allí, ustedes que ven gente asomada a las ventanas y ven las ventanas y ven la plaza y no ven estas flores que le nacen a la noche. Y qué son esas voces, esas sombras. Se asustaron, agentes, al paso de los dioses.
Y yo, que no siendo yo soy más que yo, no tengo miedo, ni lástima, porque nada de eso se siente cuando ya se ha cruzado la puerta.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Deslizarse

De los gatos aprendes a deslizarte
entre el azul del cielo
y ese dolor antiguo al que llamamos noche.
Encuentras
un espacio invisible en los bordes del ser,
ese ángulo muerto de la vida
en el que se sitúa el argumento principal,
que nunca sube al escenario, sino que
juega contigo una y otra vez a la creación del mundo.
El dado tiene tantas caras, tantos colores, que
no es un dado.
Aprendiste
de la sombra del gato
cómo habitar el espacio previo a la geometría,
dejando los juguetes del lenguaje.
No ser con dimensiones odiosamente opacas,
simplemente no ser
más que el sencillo acto
de deslizarte allá.

lunes, 4 de agosto de 2014

Del dolor

Un ángel excavando en el pecho de un muerto
busca el corazón y encuentra una piedra oscura,
tallada por amargo
licor de luz.
Piedra preciosa del dolor,
cantó la primavera en otro árbol,
te ignoró.
El ángel arrojó con furia
la piedra en el inmenso vacío
y de ella brotaron flores,
flores más bellas
que las de la primavera de los hombres.

sábado, 2 de agosto de 2014

Robots

Demuestra que no eres un robot,
algo cada vez más difícil,
sobre todo teniendo en cuenta
que esa exhibición de la humanidad que conserves
-elige bien el acto
que te define -
la haces ante un robot
y pudiera ofenderse
o reírse
o pedirte que le vendas tu alma,
esa que no sabes si tienes.

jueves, 3 de julio de 2014

Espuma

Siempre eres tú
en diferentes cuerpos que caducan
se abren
se cierran
con un resplandor.
Las palomas preguntan por las flores, yo pregunto por ti,
ni siquiera el mar sabe tu nombre.
El mar es tu furiosa
imposibilidad.
Rotos
en orillas ajenas,
todo el amor transcurre al fin en beneficio de los peces.
En ese oscuro plancton
va lo mejor de ti y de mí.
Beso la belleza de la espuma.

jueves, 26 de junio de 2014

Tres eran tres (ensayo biográfico)

Nací después que César Vallejo y Dios ya estaba definitivamente muerto. No había sido Nietzsche. Se había suicidado leyendo a Cioran, aunque otros opinaban que quien había matado a Dios había sido un best seller que en su lanzamiento se le había clavado en el medio del triángulo, eso le pasó por ser tan poco equilátero.
Así que, cuando nací, Dios Padre ya criaba malvas, pero por ahí andaba el loco de su hijo transformando el agua en vino y luego diciendo aquello de que era su sangre, que bien se podía creer, y una noche probé, porque los obispos decían que el sexo oral estaba muy bien con Jesús, y quién lo va a saber mejor que ellos, y es verdad, era un verdadero licor, que ni Baudelaire con su absenta, por eso se tiñó el pelo de verde.
Qué se podía esperar de nuestra generación, fue más bien una degeneración.
Nunca fui a poner flores en la tumba de Dios Padre. No, porque a pesar de todo no era una Supermujer, aunque sí un poco virgen y un poco madre.
El cielo estaba raro, con el hueco aquel del triángulo, y el licor de su hijo terminaba aburriendo. La vida era una gran resaca.
Entonces vino Internet, sin duda el Espíritu Santo.
Ahora, todos llevamos nuestra cagadita de paloma en la cabeza. 

domingo, 22 de junio de 2014

RETRATOS BURGUESES

                                                                  
 
I
 

 Golpea tu cabeza el tintineo
de las llaves del Reino.
Suyo es el poder y la gloria.
Puedes sentarte allí,
pero en segunda fila,
eso sí.



     II      
 Sí bueno soy una persona insegura
sí desde luego usted tiene razón y yo
soy una persona insegura
es verdad no creo completamente en nada soy
una persona absolutamente in
segura tal vez
ni una persona soy.
En cambio usted oh trinidad santísima
seguro que es seguro
usted que es tres y uno que lo es todo
para mí que ni cuento.
 
 
 
 
III
Los movimientos de sus manos revelan unas profundas tensiones internas que
sin duda
y qué decir de los músculos de su rostro y cómo se con
traen
llevan
van
vienen
qué decir de sus manos son verdaderamente palomas ciegas de esta última plaga que
mire qué sucia la plaza ayer
 sí sin duda amputárselas
pero aún así usted no cree que
por supuesto lo sé lo sé
si no fuera porque nos ha cambiado el aire de sitio Qué
Nos ha cambiado el a
i
re
de sitio ya
no respiramos lo mismo usted y yo
pero
y si la amputáramos no

algunas veces siguen cantando ya sabe la luna
sí la luna
no habría forma de amputar la luna
al menos una
semana sí
aunque las mareas cuando suben ensucian tanto las alfombras sí
a mí me da mucho asco que esos pobres pisen las mismas calles que yo y si
los amputáramos también pero
y la luna
nunca he entendido que un vulgar satélite
oh querida
ja ja ja ja ja ja

sábado, 21 de junio de 2014

Ella pide

Ella no se corta para pedir, dice él. Es verdad, ella pide y pide, ella, la primera vez que vino a casa, la primera vez que me dejó al niño, se quedó dormida en el sofá y después dijo gracias, con mi madre yo nunca pude relajarme, dijo, entonces se levantó y se fue con el niño de la mano mientras yo me sentía aliviada pero a la vez, no sé por qué, tan triste.
Ella es así de caradura, dice él, que no te preocupe si necesita algo o no, si lo necesita ella lo pide, ella no se corta para pedir.
Al niño le llaman el abandonado. Es rubio, de carita redonda, muy callado. Bien podría haber sido mi hijo, pienso yo. Entonces lo llamo y le pido, le pido por favor que se lo lleve, que se lleve al niño, y después se lo lleva, y yo me acuesto en el sofá, y me siento aliviada, pero también, no sé por qué, tan triste.

Antonio López, "La aparición".

miércoles, 18 de junio de 2014

SÁBANAS



No venían cubiertos de una sábana,

nada tenían que ver con los psiquiatras

ni las ofertas de supermercados.

Más reales que yo,

que sí tenía sábanas,

entraban en mis sueños.

Venían a decirme

secretos que solo saben ellos,

los que no duermen.

Venían, entre las grietas del buen sentido,

a traer algo de verdad.

Ellos no eran el delirio.

El delirio era yo.


MJ Vidal

"Three Wishes", Elena Shlegel. 

martes, 17 de junio de 2014

Petimetres

"Lo mejor de mi vida es que nunca he existido". Con estas palabras expresaba una vez más Leopoldo su nihilismo, su desposesión, su libertad de espíritu. Qué le importaba a él ser considerado mendigo, si era un príncipe, "princeps", el que va por delante, el que ve más allá, el que trasciende el límite del ser. Nadie podía seguir sus conversaciones, compuestas de versos. La lógica poética gobernaba el mundo. "No hay más emperador que el emperador de los helados", decía de repente y se reía, y su risa era como la lluvia de una verdadera vida sobre esta existencia teatral y acartonada.
Leopoldo, el Hombre, el último Hombre, socrático en la negación de su ser, se sigue riendo en mi recuerdo a la vista de tantos payasos, mequetrefes, petimetres metidos a críticos, que en su vida han estudiado media palabra de Crítica Literaria, que pululan como chinches en el lecho literario provocando el insomnio y la alarma en el corazón de los poetas. No es que no hayan leído a Lacan, que habría dicho de ellos que ni siquiera el significante, es que tampoco leyeron a Confucio, que recomendaba aquello de "estáte calladito", si no vas a decir algo más bello que el silencio.
Mientras los genios poéticos duermen en los bancos de Triana, arrullados por el desprecio colectivo, estos trepas que han escogido la Literatura para medrar porque se suda menos que siendo un honrado fontanero o estibador, juzgan, condenan, organizan eventos, aplauden lo que luego ponen a parir, saltimbanquean versillos... Y yo me digo: ¿Dónde, dónde estará el insecticida?
Mª José Vidal Prado

Un poema de Wallace Stevens



La casa estaba en silencio y el mundo en calma.
El lector convirtióse en el libro; y la noche estival

Era como el ser consciente del libro.
La casa estaba en silencio y el mundo en calma.

Las palabras fueron dichas como si no hubiese libro,
fuera de que el lector inclinado sobre la página

deseaba inclinarse, deseaba ser
el erudito para el cual su libro es real, para el cual

la noche estival es como una perfección del pensamiento.
La casa estaba en silencio porque debía estarlo.

La quietud era parte del significado, parte de la mente:
el acceso a la perfección de la página.

Y el mundo estaba en calma. La verdad en un mundo en calma,
donde no existe otro significado, él mismo

es calma, él mismo es verano y noche, él mismo
es el lector inclinándose hasta tarde y leyendo allí.

lunes, 16 de junio de 2014

RÍO


Ellos aman el río

no a ti

ese río que corre

y en el que cantan pájaros los niños

ese río que es el amante azul de la montaña

ese río en el que una niña mira asombrada su primera sangre

ese río que nunca se detiene y en el que tú te bañas desnuda

entregándole a todos tu esplendor

como si no supieras que al final de todo espera el mar

como si no te importara que al final de todo espere el mar

como si anticiparas

el deseo del mar en sus colmillos

como si te sobrara

el agua que te inunda y te rebosa como si fueras madre de gatos y de niños

y también de asesinos

como si derrocharas la alegría

y no fueras jamás la casa solitaria

que se recorta en la ladera del corazón.

Tú te escapas te escapas

bajas por el barranco de sus bocas

tú les das de beber y te ríes

ríes como reía Leopoldo

cuando decía que

no hay más emperador

que el emperador de los helados.

Ríes porque dijo Wallace Stevens

que la casa estaba en silencio y el mundo en calma.

 

 
Mª José Vidal Prado